Gusano barrenador: amenaza biológica
- Cicuta Noticias
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Redacción
Domingo 18 de mayo del 2025.- El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax), representa una de las plagas más devastadoras para la ganadería en el continente americano.
Este insecto (originario de este continente) afecta a mamíferos de sangre caliente, incluidos los humanos y causa lesiones profundas en los tejidos vivos que pueden provocar infecciones severas e incluso la muerte del animal.
México, país con una larga tradición pecuaria, ha enfrentado diversos episodios de infestación desde mediados del siglo XX. El caso reciente que surgió al sur del país, reavivó temores del pasado y trajo consigo un polémico proyecto de erradicación impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que terminó suspendido entre cuestionamientos.
La historia de un enemigo microscópico
La hembra del gusano barrenador deposita sus huevos en heridas abiertas o mucosas de animales vivos. Al eclosionar, las larvas se alimentan de tejido sano, profundizando la herida y abriendo la puerta a infecciones letales. A diferencia de otras especies de moscas que se alimentan de materia orgánica en descomposición, C. hominivorax parasita organismos vivos, lo que agrava su peligrosidad.
Durante décadas, el gusano barrenador generó pérdidas millonarias en la ganadería de América Latina y el Caribe. En los años 70 y 80, una campaña conjunta entre Estados Unidos, México y países centroamericanos implementó una técnica de control biológico innovadora: la liberación masiva de machos estériles para interrumpir el ciclo reproductivo de la especie. El método, desarrollado originalmente en Estados Unidos, logró erradicar la plaga del territorio estadounidense y, eventualmente, del norte de México. Sin embargo, las regiones tropicales del sur mexicano y América Central permanecieron vulnerables.
El nuevo brote en Yucatán
En 2023, autoridades sanitarias detectaron un nuevo brote del gusano barrenador en el estado de Yucatán. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) confirmó la presencia del insecto en explotaciones ganaderas locales. Las afectaciones no tardaron en notarse: cientos de reses mostraban heridas infestadas, el rendimiento lechero disminuyó y algunos animales murieron. Ganaderos de Campeche, Tabasco y Chiapas también reportaron casos. El sector pecuario alertó sobre un posible desastre sanitario.
El daño económico resultó difícil de calcular con precisión. Sin embargo, estimaciones independientes apuntaron a pérdidas cercanas a los 200 millones de pesos durante el primer semestre de 2024. El impacto no se limitó al costo por muerte de ganado o tratamientos veterinarios, sino que también comprometió la movilidad de animales, afectó la comercialización interna y generó alertas sanitarias internacionales.
El criadero de moscas estériles: la apuesta de AMLO
Frente al avance del brote, el gobierno de AMLO anunció la creación de un criadero de moscas estériles en Chiapas, con una inversión inicial de 100 millones de dólares. El proyecto retomó la estrategia que en su momento había funcionado en el norte del país. La planta produciría millones de machos estériles cada semana, que se liberarían en las zonas afectadas para competir con los machos fértiles y reducir gradualmente la población.
El anuncio generó expectativas positivas entre científicos y ganaderos. La inversión implicaba colaboración con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Comisión Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA). No obstante, a pocos meses de iniciadas las obras, el proyecto fue suspendido sin una explicación clara.
La suspensión y sus sombras
Versiones extraoficiales indicaron problemas de gestión administrativa, falta de planificación técnica y descoordinación entre dependencias. Otros reportes apuntaron a disputas con comunidades locales por el uso de suelo y agua, así como preocupaciones ambientales sobre la liberación masiva de insectos, aunque se tratara de ejemplares estériles.
La oposición política calificó la suspensión como un fracaso de política pública. Legisladores exigieron un informe completo sobre el uso de los fondos y los motivos detrás de la cancelación del proyecto. Hasta la fecha, el gobierno federal no ha ofrecido una versión detallada ni ha confirmado si la planta será reactivada.
Un problema aún sin resolver
Mientras tanto, el gusano barrenador continúa su avance.
Productores del sureste mexicano han solicitado ayuda urgente y subsidios para mitigar las pérdidas. Sin una campaña de erradicación activa, expertos advierten que el brote podría extenderse hacia el centro del país y comprometer el estatus sanitario de la ganadería mexicana a nivel internacional.
El caso del gusano barrenador refleja los desafíos que enfrenta México al combinar ciencia, política pública y salud animal. También deja una lección clara: la lucha contra una plaga no se gana con buenas intenciones ni inversiones aisladas, sino con continuidad, coordinación y voluntad política sostenida.
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