Cicuta
Jaime Flores Martínez
Disputa
Enfrascados en una disputa que toma de rehenes a los ciudadanos, el gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez y el empresario casinero Jorge Hank Rhon solo contribuyen a la absoluta desestabilización de la entidad.
Y es que el martes pasado, el gobernador Bonilla sacó toda su ira contra Hank al tacharlo como el máximo delincuente en el Estado.
En su informe mañanero Bonilla se fue al límite al decir que Hank es responsable del 80 por ciento de los delitos que se cometen.
¿Y por qué no lo denuncia y lo respalda con pruebas?
¡Los bonos de Jaime Bonilla se irían al cielo!
El colmo fue que con una audacia desbocada acusó al dueño de la empresa Caliente de ser responsable de las acusaciones que se hicieran horas antes a través de un video.
Resulta que un grupo delincuencial acusó a funcionarios y jefes policiacos de quedarse con droga y dinero.
También le dijeron al gobernador Bonilla que se pusiera a trabajar.
Bonilla dejó de lado la prudencia al señalar a Hank como el autor intelectual de ese video.
Pronunció la frase “perro que ladra no muerde”, aunque justo ese día reforzó su seguridad personal, es decir, lo cuidaron más guaruras.
Habrá que señalar que Jorge Hank desafió horas antes al gobernador al responder en una entrevista televisiva que el mayor error de Bonilla fue “nacer”.
Obvio que el sarcasmo de Hank caló hondo en la persona de un gobernador sensiblemente intolerante.
Lo destacable del asunto es que la sociedad bajacaliforniana está en medio de dos fuegos precisamente al arranque de las campañas electorales.
Cicuta ha referido que Jorge Hank “no es santo de su devoción” aunque de manera intermitente ha señalado el error que comente Bonilla al mencionarlo a diario.
No hay duda que Hank arrastra un negro historial, aunque Bonilla se resiste a entender que él pronto dejará el poder para convertirse en un ciudadano común.
Positivo
Que gratificante resulta saber que servidores públicos cumplen a cabalidad con su responsabilidad.
Y no se hace referencia a los funcionarios que se especializan en jalar reflectores, sino de aquellos que prestan calladamente su servicio a la comunidad.
El subteniente auxiliar médico Gustavo Quintero es un ejemplo de servicio y de heroísmo.
Desde iniciada la pandemia este hombre ha salvado la vida a unas 300 personas infectadas de Covid.
Que orgullosos debemos sentirnos de contar con gente como este hombre saturado de compromiso.
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