Cicuta
Jaime Flores Martínez
Actuarios
Lunes 7 de octubre del 2024.- Arropada por “un grupo invisible de científicos de alto nivel”, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo intentará habilitar un sistema de gobierno “distinto”, pero que se mantenga del apoyo ciudadano que se alimenta de la doctrina obradorista.
¡Lo mismo pero distinto!
Además de cumplir esos objetivos, también buscará la independencia de la presidenta sin descalabrar la imagen de su antecesor.
Para que quede más claro, las armas que utilizará tendrán silenciador.
Hasta ahora la mayoría ignora que Claudia Sheinbaum tiene perfectamente medido el rompimiento con López Obrador, aunque se equivocan aquellos que piensan que la separación será tronante.
Alguien debe señalar que ese distanciamiento con López Obrador será meticulosamente operado y cuidadosamente ejecutado con silenciador.
No solamente se desarticulará su relación con AMLO, sino con cada uno de los personajes que dejó enquistados en el gobierno de Sheinbaum, incluso aquellos que son vistos como el proyecto obradorista.
Por ejemplo, su hijo Andrés Manuel López Beltrán (Andy), a quien dejó como secretario de organización de MORENA.
Si acaso alguien se interesa en saberlo, la administración Sheinbaum le quitará todo el margen de maniobra a Mario Delgado Carrillo, a quien López Obrador apoyó para que la presidenta Sheinbaum lo nombrara secretario de educación.
Delgado esta apestado en este gobierno y “el equipo invisible” tiene planeado asfixiarlo hasta que él mismo renuncie.
Lo mismo pasará con la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez, una funcionaria impuesta por AMLO ante la aparente sumisión de Claudia Sheinbaum.
Esos integrantes del equipo invisible de la presidenta tienen perfectamente analizada la estrategia que utilizará para romper ese cordón umbilical que aparenta unirla a AMLO.
Sin embargo, sabedores que la influencia de López Obrador esta enquistada entre los votantes, esos “asesores” de Sheinbaum le marcan paso a paso sus movimientos.
En otras palabras, esa ruptura entre AMLO y Sheinbaum ni siquiera se percibirá.
Alguien del equipo Sheinbaum fue comisionado para darle seguimiento a cada paso que de Andy y a cada palabra que pronuncie.
Otro alguien fue responsabilizado de hacerle la vida imposible al impuesto secretario de educación Mario Delgado y alguien más a Rosa Icela Rodríguez.
Como estará el plan del nuevo gobierno si Claudia Sheinbaum logró que el todavía fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero “le cediera” a la nueva mandataria “dos áreas clave” dentro de esa dependencia para que sean manejadas por Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública federal y consentido de Claudia Sheinbaum.
Se supone que esta última negoció con Gertz su permanencia en el cargo, primeramente porque AMLO quería que se quedara.
A sugerencia de su equipo invisible, Claudia Sheinbaum se entrevistó con Gertz y se limitó a decir que el fiscal había accedido a quedarse, aunque no dijo por cuanto tiempo, ni tampoco que aceptó entregarle las áreas dedicadas al control de los ministerios públicos y la que se encarga de la “inteligencia”, léase como aquellos dedicados a la intervención telefónica.
El panorama quedará más claro si se precisa sobre ese “equipo de invisibles” que asesora a Claudia Sheinbaum.
Sin entrar en demasiados detalles ese grupo de “asesores” está encabezado por Jesús María Tarriba Unger, esposo de Sheinbaum desde noviembre del 2023 y por Roy Campos Esquerra, propietario de la empresa Consulta Mitofsky, un consorcio encuestador de prestigio.
Resulta que desde principios del año pasado los amigos Tarriba y Roy Campos decidieron formar un equipo de “actuarios en matemáticas” que ambos conocieron durante su preparación académica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La idea fue entonces diseñar una estrategia infalible para convertir a Sheinbaum primero en precandidata, luego en candidata y después en ganadora de la elección presidencial.
Desde luego que al tratarse de “científicos-matemáticos” no tenían ninguna experiencia en cuestiones políticas, aunque—precisamente—era la intención.
Al manejarse al margen de la política tradicional nadie podría detectar su labor y sus conocimientos en desarrollo de algoritmos y elaboración de ecuaciones.
La única gran tarea era que Claudia Sheinbaum simulara a la perfección su empatía con AMLO pues aún esos científicos tenían claro que la mayoría de los mexicanos lo ven como el Mesías.
Para ese grupo de invisibles queda claro que Sheinbaum no puede competir con un político tradicional como López Obrador y también tenían claro que enquistaría a su gente en el gobierno que lo relevara.
Tarriba, Roy Campos y el resto del equipo de Actuarios en Matemáticas ejecutaron el plan perfecto en el periodo de competición interna, conocido comúnmente como la carrera de las corcholatas.
Primero tumbaron a Marcelo Ebrard Casaubón y después a Adán Augusto Lopez Hernández, calificado como “muy amigo del presidente”.
El algoritmo diseñado para el caso funcionó y Sheinbaum fue la candidata.
Miembros del equipo trabajaron día y noche para obtener un algoritmo que garantizara el triunfo de Sheinbaum en las urnas, aunque paralelamente realizaban una estrategia política basada en las matemáticas para debilitar a la opositora Xóchitl Gálvez.
Tarriba y Roy Campos debieron fundirse en un abrazo intenso la noche del 2 de junio al comprobar que su estrategia había funcionado.
Ahora había que pasar a la siguiente etapa que era encontrar una “diferenciación” entre el gobierno de López Obrador y de Claudia Sheinbaum.
Esa estrategia incluía la realización de cambios estructurales, pero sin modificar la esencia obradorista y —desde luego— quitar del camino a personajes que AMLO hubiese dejado amarrados en posiciones del gobierno de Sheinbaum.
Todo eso, una vez más, se realizaría con un arma equipada con silenciador pues no quieren arriesgar a la presidenta a que se enfrente a los aplaudidores de AMLO.
Todavía en su última conferencia mañanera del lunes 30, López Obrador se ufanó de haber apoyado a Claudia Sheinbaum porque “otros” ya lo hubiesen desconocido.
¡Sheinbaum resultó ser una actriz que fácilmente estaría nominada para un Premio Oscar!
Ante lo ya revelado, resulta fácil suponer los efectos que resentirá AMLO en el momento que las piezas de su tablero de ajedrez comiencen a caerse y reconozca que su poder quedo atrás.
López Obrador sentirá un agujero en el estómago al entender que cayó en una trampa perfectamente diseñada.
¡La meticulosa estrategia científica funcionó a la perfección!
En ese momento deberá reconocer que dejó pasar una imagen que tuvo enfrente.
Cicuta adelantó el 17 de junio de este año que Jesús María Tarriba se enquistó en la alcoba nupcial y que eso significaba que sería “el poder tras el trono”.
Cicuta precisó que López Obrador no midió los riesgos, pues debió influir para que Sheinbaum pospusiera su boda.
Ubicados en la actualidad López Obrador deberá reconocer que sus servicios de espionaje le fallaron terriblemente, pues ni con su sofisticado equipo de intervención telefónica, el Ejército Mexicano fue incapaz de detectar al “equipo invisible” que en realidad no lo es.
Habrá que reconocer que ese grupo de actuarios-matemáticos realizaron un trabajo milimétricamente impecable.
Apenas comience la imperceptible ruptura entre Sheinbaum y AMLO, el columnista se referirá a la extraordinaria actuación de la hoy presidenta.
En innumerables ocasiones, Sheinbaum fue criticada por la utilización de frases textuales de AMLO.
Sus ademanes comunes y los reiterados elogios a López Obrador llegaron a tal punto que incluso algunos adversarios de Lopez Obrador la bautizaron como “titina”.
Quienes conocen la historia relatada, señalan en tono de broma que la actuación de Sheinbaum es digna de un Oscar.
También deberá considerarse la posibilidad de otorgarle un premio a cada uno de los integrantes del “equipo invisible”, encabezados por el primer damo Jesús María Tarriba y su amigo (y contemporáneo Roy Campos) quienes se conocen desde el aula universitaria.
Ah
A propósito de Roy Campos propietario y director de Consulta Mitofsky, ahora podrá entenderse el extraordinario tino en sus mediciones.
Campos es —al igual que Tarriba— un profesionista egresado de la carrera de actuario-matemático.
Habrá que señalar que desde el momento que Sheinbaum se convirtió en “corcholata” las mediciones de Mitofsky eran sorprendentemente precisas.
Eso se entiende ahora que el columnista revela que Roy Campos es la cabeza del Bunker del “equipo invisible”.
Positivo
Qué bueno que se ejerce la libertad de expresión en nuestro país.
Todos los mexicanos, sin excepción, podemos ejercer ese derecho.
El comentario viene s cuenta porque el pasado jueves 3 un nutrido grupo de trabajadoras sexuales de Tijuana marcharon para protestar por el hostigamiento y amenazas de un personaje nominado a formar parte del gabinete gubernamental de esa ciudad.
Altos funcionarios del gobierno atendieron sus demandas y les garantizaron tranquilidad.
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