170 mil millones para deportar esperanza
- Cicuta Noticias
- hace 3 días
- 2 Min. de lectura

Por Daniel Lee Vargas
Ciudad de México, 14 de octubre 2025.- El Congreso de los Estados Unidos autorizó al gobierno de Donald Trump, una partida presupuestaria de 170 mil millones de dólares para financiar un programa de deportaciones masivas. Ello marca un punto de inflexión inquietante en la historia migratoria de ese país.
Pero no se trata solo de una cifra colosal, sino de una declaración política: la institucionalización del miedo como política pública. La magnitud del presupuesto revela que la prioridad no es atender las causas de la migración, sino perfeccionar la maquinaria del desarraigo.
En el terreno de los derechos humanos, esta decisión representa un retroceso. La expansión presupuestal abre la puerta a una era de redadas automatizadas, centros de detención sobrepoblados y procedimientos sumarios donde la eficiencia sustituye a la justicia. Los activistas lo han dicho con claridad: estamos ante el preludio del “periodo más negro de la migración moderna”, una fase en la que el Estado más poderoso del mundo decide convertir la deportación en industria, y la vigilancia en negocio.
El uso de esos 170 mil millones de dólares para reforzar patrullas, drones, cárceles y vuelos de repatriación masiva pone en evidencia la lógica que domina a Washington: controlar antes que comprender, expulsar antes que integrar. Se perfila así una política que monetiza la exclusión, en la que la cifra de deportados se convierte en indicador de éxito político. Pero detrás de cada número hay una historia rota: familias separadas, niños sin hogar, trabajadores arrancados de sus comunidades, sueños truncos en nombre de una falsa seguridad nacional.
Desde una mirada internacionalista, este presupuesto es un error estratégico. Ningún muro ni tren de deportación resolverá las causas estructurales de la movilidad humana: la desigualdad, la violencia, el cambio climático y el agotamiento de modelos económicos que expulsan más de lo que incluyen. Invertir 170 mil millones en deportar migrantes, en lugar de canalizarlos hacia programas de regularización, integración y cooperación regional, es una muestra de ceguera política y moral. Es financiar el síntoma y castigar la consecuencia.
Lo que Estados Unidos pone sobre la mesa no es solo dinero: es un mensaje. Un mensaje de fuerza que erosiona décadas de construcción de derechos y de compromiso internacional con la dignidad humana. Si la historia reciente ha demostrado algo, es que ninguna frontera es más fuerte que la necesidad de sobrevivir. Y cuando los gobiernos apuestan por el miedo, los pueblos terminan pagando el precio de su cobardía.
Los “trenes de la deportación” —esa imagen brutal que hoy parece resurgir— son la metáfora perfecta de lo que se avecina: una maquinaria fría, veloz y deshumanizada que reduce personas a cifras logísticas. Frente a ello, la respuesta no puede ser el silencio ni la resignación. Porque cada dólar invertido en expulsar a un migrante es un dólar que se le roba al futuro de una humanidad más justa y solidaria.
Sígueme en mis redes sociales: https://www.facebook.com/daniel.lee.766372/
Comentarios