Cicuta
Jaime Flores Martínez
Sedientos
Amordazada y atrapada entre las ambiciones económicas y los intereses políticos de algunos pudientes, la sociedad bajacaliforniana parece condenada a reducir su futura sequía a sus abundantes lágrimas.
Y es que, mientras Estados Unidos hace unos días anunció que el próximo año reducirá su entrega de agua a México en 98.8 millones de metros cúbicos, el actual gobierno de Baja California prepara sus maletas para retirarse sin resolver el abasto de agua.
Hace 13 meses Cicuta refirió que el gobierno de Baja California que encabeza Jaime Bonilla Valdez ordenó la cancelación unilateral del contrato firmado por el anterior gobierno y el consorcio NCS Aguas de Rosarito, quien construiría una planta desaladora en Rosarito.
Con un costo estimado en 250 millones de dólares, esta planta generaría 4.4 metros cúbicos por segundo y estaría lista a finales del año próximo.
Sin embargo, a principios de junio del año pasado el gobierno de Bonilla decidió cancelar el contrato firmado a través del modelo de Asociación Público Privada sin consultar a los inversionistas.
Cicuta reveló que además de obtener una suspensión provisional para evitar mayores daños del gobierno, los extranjeros demandaron una indemnización de 100 millones de dólares por concepto de daños y perjuicios.
Más allá de la situación que guarda esta denuncia, en la sociedad solo aumenta su desconcierto ante el riesgo de quedarse sin agua.
Apenas la semana pasada Estados Unidos anunció que debido a la actual sequía, reducirá el año próximo el porcentaje de agua que entrega a México.
De esta forma la cantidad de líquido proveniente del Río Colorado que sirve para abastecer Baja California sufrirá una importantísima merma.
Si el vecino país reduce en 98.8 millones de metros cúbicos de agua a México, entonces la zona Costa bajacaliforniana padecerá una carencia del vital líquido sin precedentes.
Aquí entra el tema de la abrupta cancelación del contrato APP del actual gobierno de Baja California.
Cierto que se habló de triquiñuelas existentes en la firma de este contrato, aunque la visión generalizada es que el actual mandatario estatal Jaime Bonilla Valdez (MORENA), le dio revés por su gusto.
Positivo
Qué bueno que el ejército mexicano demuestra que es el músculo oficial, esto a pesar de algunos traspiés.
Lo acontecido el pasado miércoles en Rosarito, donde los militares llegaron a desarmar a los policías municipales, deja patente que el ejército es el brazo fuerte.
Claro que las investigaciones arrojarán los resultados, aunque la intención de Cicuta es resaltar que los tropiezos dados por el ejército no han debilitado su presencia.
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