10/12/2020. Redacción
En total, 14 altos mandos militares de la base Fort Hood, ubicada en Texas, fueron expulsados por el Ejército de Estados Unidos, tras una serie de crímenes que se registraron dentro de la zona militar, en particular por el asesinato de Vanessa Guillen.
Asimismo, se ordenó realizar cambios en las políticas para combatir fallas crónicas de liderazgo en la base, a fin de evitar se produzca un patrón de violencia.
“La trágica muerte de Vanessa Guillén y otros problemas en Fort Hood nos han obligado a realizar un análisis crítico de nuestros sistemas, nuestras políticas y de nosotros mismos”, afirmó el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, que se vio obligado a encargar a investigadores independientes la elaboración de un informe detallado sobre la situación de la base.
Chris Swecker, abogado y ex director asistente de la División de Investigación Criminal del Buró Federal de Investigación (FBI), dijo que lo encontrado en las investigaciones “fue un gran número de represalias, estigmatismo, ostracismo. También se comprometió la confidencialidad del proceso de información”.
Agregó que el alto mando en Fort Hood no administró de manera adecuada el programa de prevención del acoso sexual, y los crímenes “no fueron atendidos” y la División de Investigación Criminal (CID) en la base sufrió de “varias ineficiencias”.
En un reporte publicado en enero pasado, el Departamento de Defensa de EEUU (el Pentágono) informó que las agresiones sexuales en tres academias militares de EEUU crecieron un 25 por ciento en el año escolar 2018-2019 en comparación con el período anterior.