Cicuta
Jaime Flores Martínez
Cicatriz
Desconcertado por la estrepitosa derrota electoral del domingo, el prófugo teniente coronel Julián Leyzaola Pérez no tiene otra opción que lamerse las heridas en la clandestinidad.
Por si alguien lo ignora, este hombre está prófugo de la justicia desde hace casi un año, pues un juez de Tijuana le dictó orden de aprehensión por el delito de tortura.
En su papel de jefe de la Policía de Tijuana, acostumbraba torturar a los detenidos entre ellos a los agentes de esa corporación que, según él servían a los intereses del crimen organizado.
Desde hace más de una década realizó esas prácticas, y casi simultáneamente comenzaron a presentarse denuncias en su contra ante organismos defensores de derechos humanos y autoridades judiciales.
A Leyzaola le tocó la peor oleada de violencia que se vivió en Tijuana y esto sirvió para que se ufanara de “hacer llorar a los delincuentes como viejas”.
Era tamaña la violencia que se vivió durante el 2008 y 2009 que este hombre hizo valer ante la sociedad su “extrema valentía”.
¡Presumía su audacia!
Fue grande la autoestima que sintió en esa época, que poco tiempo después decidió postularse como candidato a alcalde de Tijuana y en dos ocasiones casi lo logra.
Y aunque el julio del 2020 un juez encontró elementos para girarle orden de aprehensión, Julián Leyzaola desafió a la justicia y decidió postularse.
Cierto que enfrentó muchos obstáculos, aunque finalmente compitió electoralmente.
Se supone que solamente algunos saben el sitio donde se esconde Leyzaola y el columnista no se refiere necesariamente a su familia.
Seguramente algunos personajes del Partido Encuentro Solidario (PES), por el cual participó Leyzaola, saben en donde se esconde.
Vale decir que desde la noche del domingo 6 de junio esos “personajes” dejaron de interesarse por él.
Su estrepitosa derrota en las urnas resultó en desinterés de sus aplaudidores.
Vale decir que, al sentirse abandonado, este hombre cambió de guarida porque ahora “sus impulsores” querrán quedar bien con el gobierno de MORENA, y que mejor que hacerle saber a la autoridad en dónde se esconde Julián Leyzaola.
Positivo
Qué bueno que la vicepresidente de Estados Unidos Kamala Harris se llevó un buen sabor de boca de su visita del martes a nuestro país.
Más allá de los temas obligados que contempla la agenda bilateral, habrá que señalar que esta mujer se empapó de la buena energía de los mexicanos.
En ese tipo de obras los funcionarios de alto nivel del vecino país reciben un sinnúmero de caravanas de sus homólogos mexicanos, aunque Cicuta no se refiere a ellos.
La calidez y el buen trato se respiran y la vicepresidente respiró eso.
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