Robots de compañía y asistencia social: Más allá de la limpieza

Por Víctor M Aviña Alva

Tijuana BC 11 de septiembre de 2025.- Cuando piensas en un robot en casa, ¿qué te viene a la mente? Probablemente un aspirador que navega por el salón o un asistente de voz que te dice el clima. Estos robots están diseñados para una función específica y, aunque son muy útiles, su interacción con nosotros es limitada. Pero una nueva generación de robots está a punto de cambiar eso. Son los robots de compañía y asistencia social, diseñados no sólo para hacer tareas, sino para ofrecer apoyo emocional, interactuar y, en algunos casos, incluso ayudar a las personas a sentirse menos solas.

En una sociedad donde la soledad, especialmente entre las personas mayores, es un problema creciente, los robots de compañía no son solo una tecnología futurista, sino una solución potencial. Hoy vamos a explorar la fascinante evolución de la robótica, cómo estos robots están diseñados para ser empáticos y cuáles son los desafíos éticos que nos presentan.

¿Qué son los robots de compañía? La interacción es la clave

Un robot de compañía está diseñado con el objetivo principal de interactuar socialmente con los humanos. Utilizan la inteligencia artificial (IA) para reconocer rostros, entender el lenguaje natural e incluso detectar el tono de voz y las emociones de una persona. La idea es que la interacción se sienta lo más natural posible.

Algunos ejemplos de cómo estos robots están siendo usados hoy:

●             Apoyo emocional para personas mayores: Muchos robots de compañía están diseñados para interactuar con personas mayores. Pueden recordarles que tomen sus medicamentos, reproducir música que les gusta, contarles chistes y mantener una conversación. En los hogares de ancianos, estos robots se usan para reducir la soledad y la depresión.

●             Terapia para niños: Algunos robots se utilizan en terapias con niños con trastornos del espectro autista. Su comportamiento predecible y sus interacciones simples pueden ser una forma cómoda y efectiva de ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y a comunicarse.

●             Asistencia social: Hay robots que asisten en la recepción de hoteles, en hospitales o en centros comerciales, ofreciendo información, guiando a las personas y haciendo que la experiencia sea más amigable e interactiva.

De la empatía a los desafíos éticos

El diseño de estos robots es un campo fascinante. Los ingenieros y diseñadores se esfuerzan por darles una apariencia y un comportamiento que invite a la confianza y a la conexión. Algunos tienen la forma de mascotas (como perros o focas), mientras que otros tienen una forma más humana o caricaturesca. La clave es el diseño empático, para que el usuario se sienta cómodo interactuando con ellos.

Pero esta tecnología tan prometedora también plantea serios dilemas éticos:

●             El problema de la soledad: ¿Podría la sociedad volverse demasiado dependiente de los robots para resolver el problema de la soledad? Un robot de compañía no puede reemplazar la conexión humana, la empatía o el cuidado de una persona. El riesgo es que los robots sean vistos como un sustituto de la interacción humana en lugar de un complemento.

●             La privacidad de los datos: Los robots de compañía están diseñados para escuchar y observar. ¿Qué ocurre con todos los datos que recopilan? ¿Se protegen de forma adecuada? ¿Se pueden usar para fines comerciales o de otro tipo?

●             ¿Qué pasa con el engaño?: Si un robot puede simular empatía y afecto, ¿podría usarse para manipular a personas vulnerables? Es una línea muy fina entre la asistencia y el engaño.

El mercado global de la robótica de asistencia personal está en rápido crecimiento. Se proyecta que alcance los 34.7 mil millones de dólares para el año 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesta de más del 30%, impulsado por el envejecimiento de la población y la búsqueda de soluciones para la atención médica y la soledad (Fuente: MarketsandMarkets, "Personal Robot Market - Global Forecast to 2028", reporte de 2023).

Finalizando: Un futuro de coexistencia

Los robots de compañía y asistencia social son una de las tecnologías más interesantes y complejas de nuestro tiempo. Por un lado, nos ofrecen una herramienta poderosa para abordar problemas sociales como la soledad y la falta de apoyo. Por otro, nos obligan a reflexionar sobre nuestra propia humanidad.

Es poco probable que los robots reemplacen por completo la interacción humana, pero pueden complementarla. El futuro es uno de coexistencia, donde los robots de compañía sean aliados en nuestro bienestar, ayudándonos a vivir vidas más independientes y, con suerte, menos solitarias.