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Esperan sinaloenses acciones de Trump

  • Foto del escritor: Cicuta Noticias
    Cicuta Noticias
  • 24 ene
  • 3 Min. de lectura



Jaime Flores Martínez

Viernes 24 de enero del 2025.-Desesperados porque desde el 9 de septiembre están atrapados entre el fuego cruzado, los habitantes de Culiacán Sinaloa, ya no hallan cómo deshacerse de un bulto que cobra como gobernador.

¡Fuera Rocha! ¡Fuera Rocha! ¡Fuera Rocha!, gritaron indignados en jueves 23 los miles de habitantes de Culiacán que ese día participaron en la “Marcha por la Paz”.

Y aunque los convocados estaban conscientes que la marcha sería pacífica, los ánimos se caldearon al cerciorarse de la apatía del gobernador Rocha Moya, quien simplemente se atrincheró en su oficina donde enterró la cabeza.

Rocha sabía que esa movilización se gestó luego del asesinato de dos niños y su señor padre, todos ellos inocentes, aunque también atrapados enmedio de la pugna de dos grupos rivales.

Un incondicional de Rocha salió a decir que el gobernador no recibió a los manifestantes “porque no había condiciones”.

¡Hágame favor!

Si el gobernador Rocha sabe que no hay condiciones para recibir a los ciudadanos, entonces sabe lo que sienten esos ciudadanos al vivir en medio de los balazos.

La presidenta de México se ha tardado en su obligación de pedirle a Rocha su dimisión, especialmente porque corre el riesgo que un grupo militar de élite entre a México a arrestarlo.

Ciudadanos comunes de Sinaloa repudian a Rocha Moya porque es el responsable de la actual disputa entre las dos facciones de un mismo cártel.

Los propios sinaloenses saben que Rocha Moya es pieza clave en el arresto de Ismael el Mayo Zambada y de su traslado a Estados Unidos.

Rocha Moya ni siquiera ha sido capaz de demostrar fehacientemente que el 25 de julio (fecha del arresto de el Mayo) viajó a Estados Unidos como dice.

La estancia de Rocha en el gobierno de Sinaloa es insostenible aún para los más rancios morenistas.

Un militante de ese partido asegura que su obligada renuncia se ha prolongado porque se tenía la esperanza que Donald Trump no cumpliera sus amenazas de declarar terroristas a los miembros de los cárteles.

Ese mismo personaje subraya que Rocha Moya no es narcotraficante, aunque aclara que, al formar parte del aparato del cártel, entonces está claro que forma parte del grupo.

La realidad indica que en estos cinco meses el gobierno federal ha demostrado su incapacidad de revertir los índices delictivos.

Ya Cicuta refirió que los miles de soldados enviados a Culiacán y zonas aledañas han servido para maldita la cosa.

Las matazones, los secuestros, asaltos y balaceras generaron un impacto emocional difícilmente superable por los sinaloenses.

La marcha del jueves 23 revela la gravedad de los síntomas de esa sociedad.

Ellos no confían en el gobernador Rocha, pero tampoco confían en el Ejército ni en Omar García Harfuch.

Nadie parece capaz de meter orden en Sinaloa y —hay que señalarlo— su última esperanza es un hombre de copete naranja.

Hoy en la columna escrita por el periodista Salvador Camarena se resalta que Sheinbaum no solicita aún la renuncia de Moya porque implícitamente lo estaría responsabilizando del caos que se vive en Sinaloa y obviamente afectaría la ya vapuleada imagen de MORENA.

También se ha dicho que quien verdaderamente sostiene a Moya es el expresidente López Obrador a través de su amigo, el senador Adán Augusto López.

La versión es que Adán Augusto es quien aterriza las órdenes de AMLO a Claudia Sheinbaum.

Si lo anterior es creíble, entonces debe quedar claro por qué la presidenta sostiene a Moya.

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