Arrebatos de Ruiz Uribe; balazo en el pie
- Cicuta Noticias
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Jaime Flores Martínez
Martes 23 de septiembre del 2025.-Espontánea y permanentemente impulsivo, el ex delegado de Programas Federales en Baja California Alejandro Ruiz Uribe nunca supuso que desafiar a la gobernadora Marina del Pilar Ávila sería tanto como darse un balazo en el pie.
¡El Cachorro se tropezó de nuevo!
Y es que Cicuta reveló ayer que Ruiz Uribe instruyó a sus incondicionales “a filtrar” que posee un abultado expediente que reseña el involucramiento de Carlos Torres Torres, marido de la gobernadora, con integrantes de un grupo delictivo.
La intención de Ruiz Uribe es reprocharle que dejó que lo corrieran de la “súper-delegación”, y abrirle la puerta a su amiga la senadora Julieta Ramírez para que sea la candidata de MORENA a la gubernatura del Estado en el 2027.
El Cachorro pudo decirle a cualquiera de sus operadores políticos que la persona que integró esa carpeta es nada menos que el panista Javier Robles Aguirre, quien actualmente está incrustado en el aparato gubernamental en calidad de director de Infraestructura Educativa del gobierno estatal.
Robles Aguirre conoce “al dedillo” los vericuetos existentes en los turbios acuerdos entre el gobierno y los grupos delictivos que operan en el municipio de Playas de Rosarito, pues él mismo fue alcalde en esa demarcación.
El asunto es que Ruiz Uribe “no midió” que horas después el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dejaría saber que Robles Aguirre era socio de una narcoempresa que encabeza Jesús González Lomelí, operador financiero de un grupo delincuencial identificado como la mayiza.
Esto deja saber que —efectivamente— Robles Aguirre (Tito), conoce perfectamente la estructura y los vínculos de funcionarios con delincuentes, pero pasan por alto que su integración al Gobierno del Estado fue obra de Carlos Torres, esposo de la gobernadora.
¡Esto se llama traición!
Vale la pena destacar “el arranque de furia” que invadió a Ruiz Uribe, pues su intención primaria fue vengarse de la gobernadora por levantarse de hombros al saber que le cortarían la cabeza.
Tan perturbado debió estar que tampoco midió que perjudicaría a quien le proporcionó la carpeta informativa sobre los vínculos de Carlos Torres Torres, es decir, evidenciaría a Robles Aguirre.
Su interés primario fue acusar directamente a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda de tener un gobierno repleto de panistas, sin reparar en los daños que ocasiona al partido que por años le dio de comer, léase MORENA.
Ruiz Uribe presume tener expedientes listos “para cobrar las facturas” de quienes pidieron que su cabeza rodara en su ingenuo camino a obtener la candidatura para gobernador de Baja California en Morena.
Esos expedientes que dice tener fueron armados con la mano de su operador territorial Javier “Tito” Robles Aguirre (como ya señaló Cicuta), es ubicado como socio de Jesús González Lomelí.
De acuerdo a los pregones de Ruiz Uribe en esa carpeta se acreditan los vínculos de Carlos Torres Torres con el cártel de Los Rusos.
Según le dijo a su gente de confianza que en esos documentos se evidencia el nivel de infiltración del crimen organizado.
La advertencia va más allá: si quieren perjudicarlo, es decir, ponerle trabas a su intención de ser candidato a gobernador, entonces entregará la información directamente en Bucareli.
Y es que el contenido de ese expediente explicaría la sonrisa retadora que proyectó al conocer la noticia de su despido.
“Si le siguen, le sigo.” les dice a sus “cotrapaches” que —por necesidad— le toleran sus desplantes.
Antes que surgiera el nombre de Javier Robles Aguirre en el documento del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Cachorro Ruiz se animó a mandarle el desafío a la gobernadora.
Ruiz comprobó que con Araceli Brown (actual diputada federal y exalcaldesa de Rosarito) “funcionó la quemada” pues ahora es vista y señalada como protectora de “Los Mayos” y acusada incluso de cobrar cuotas de extorsión.
Si ella terminó desenmascarada, ¿quién más se esconde bajo la misma sombra?
Por eso nunca fue casualidad que Ruiz Uribe tuviera en sus filas de operador territorial al rosaritense Javier Robles Aguirre.
Tampoco sorprende que en su círculo más cercano figure Jesús Rodolfo Cruz, abogado del ex policía Enrique Hernández González, sentenciado por intentar asesinar al exfiscal de Baja California Juan Guillermo Ruiz Hernández afuera de su propio despacho.
Ese entramado de lealtades y turbias compañías, explicaría mucho más que un simple pleito partidista: evidenciaría a una red oscura que respalda al exdelegado.
Ruiz Uribe se muestra retador. Llegó a suponer que con ese expediente tiene un seguro en la vida política.
Está claro, sus arrebatos lo hunden.
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