Redacción
Tijuana.- Ante un "riesgo real de fuga inminente" y tras agotar el diálogo fue que el Gobierno ecuatoriano tomó la decisión de irrumpir en la Embajada mexicana en Quito, informó este sábado la canciller de aquel país, Gabriela Sommerfield, quien durante una rueda de prensa afirmó que en el caso del exvicepresidente Jorge Glas, la diplomacia mexicana debió "cooperar para prevenir y combatir los actos de corrupción en el ejercicio de las funciones públicas".
Justificó que al alojar al exfuncionario ecuatoriano, acusado de malversación de fondos, las autoridades diplomáticas mexicanas faltaron a los tratados internacionales, pues intervinieron en los asuntos internos del país.
Asimismo, aseveró que "para el Ecuador ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político cuando ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y con disposición de captura emitida por autoridades judiciales", caso de Glas Espinel.
Tras la invasión de policías nacionales de Ecuador a la Embajada mexicana, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador instruyó interrumpir las relaciones diplomáticas con el país sudamericano, y distintos países de la región como Nicaragua, Brasil, Argentina, Cuba y Bolivia han expresado su apoyo a México y el rechazo a los actos de las autoridades ecuatorianas.