Jaime Flores Martínez
Sábado 2 de diciembre. - En el recuento de los daños, luego del escándalo en el Estado de Nuevo León, el presidente Andrés Manuel López Obrador resultó el mayormente vapuleado.
Y es que el revés que aplicó ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a Samuel García Sepúlveda es un revés durísimo para el presidente.
La conclusión es que AMLO necesitaba que el gobernador de Nuevo León Samuel García fuera candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC) para restarle votos a la oposición (Xóchitl Gálvez) y permitirle a su candidata Claudia Sheinbaum despreocuparse el día de la elección.
Sin embargo, la situación se salió de control porque Samuel García es “un chivo en cristalería” incapaz de conciliar con sus detractores.
Dejó ingenuo como es la responsabilidad en el presidente y AMLO tampoco fue capaz de conciliar con su mayor detractor, léase Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Fue justamente esta instancia la directamente responsable de la vapuleada que significa para el presidente que le hayan tumbado a Samuel García como candidato presidencial.
Minutos antes de este sábado la SCJN resolvió que el sustituto de Samuel García en la gubernatura de Nuevo León era Luis Enrique Orozco —la persona que eligió el Congreso neoleonés— y no el personaje que quería Samuel, es decir, Javier Navarro.
Por eso la mañana de hoy sábado Samuel García decidió retomar la gubernatura y con ello abandonó sus aspiraciones presidenciales.
Precisamente eso es “la vapuleada” aplicada a AMLO por la SCJN.
Y es que el máximo tribunal del país cuya presidenta Norma Piña Hernández es abiertamente detractora del presidente.
Ella esperó hasta el último momento para dar a conocer la resolución de la Corte,
Los ministros sabían que a Samuel García no le quedaría más que regresarse a la gubernatura de Nuevo León y tirar la toalla de su aspiración presidencial para tumbarle votos a Xóchitl Gálvez en la elección del próximo 2 de junio.
Habrá que subrayar que toda la estrategia fue consumada por la SCJN para pegarle en las corvas al presidente.
Los ministros, léase Norma Piña, agarraron al presidente con la guardia baja, o sea, lo tomaron por sorpresa.
Si alguien se pregunta quién pudo “diseñar” esta enredada madeja, el columnista puede ubicar a la maestra Elba Esther Gordillo.
Resulta que alguien debe señalar que el esposo de Norma Piña es muy amigo de Elba Esther Gordillo.
Pareciera que esta perversa estrategia fue diseñada para prevenir reacciones de todos los niveles, aunque lo más importante fue hacerlo en el último momento y casualmente cayó en sábado.
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