Redacción
Tijuana.- Con intención de que quienes lesionen a mujeres mediante ataques con ácidos o cualquier sustancia corrosiva purguen penas de 7 a 13 años de prisión sin derecho a fianza, la diputada Amintha Briceño Cinco presentó una iniciativa de reforma al artículo 14 TER del Código Penal bajacaliforniano que, de ser aprobada, establecería además una multa de 300 a 700 veces el valor diario de la unidad de medida y actualización.
La modificación propuesta por la legisladora panista tiene como uno de sus objetivos aumentar la protección y frenar o inhibir la violencia contra las mujeres que son mayoritariamente el blanco de este tipo de delitos, y prevé las sanciones mencionadas a quien por sí o por interpósita persona cause a otro lesiones, usando para ello cualquier tipo de agente o sustancia corrosiva, cáustica, irritante, tóxica o inflamable, álcalis, ácidos o sustancias similares, incluyendo las que necesiten de otro agente para reaccionar, provocando en una mujer un daño o enfermedad incurable; lesiones que provoquen la inutilización completa o la pérdida de una extremidad u órgano; cuando quede perjudicada cualquier función orgánica o se genere alguna discapacidad o deformidad incorregible en la piel.
Asimismo, la pena se aumentará en dos terceras partes cuando exista o haya existido entre el agresor y la víctima una relación de parentesco, sentimental, afectiva, laboral o de confianza, y además establece que el personal médico notifique al Ministerio Público de todos los casos de lesiones provocadas por agentes químicos que reciban para atención. El Ministerio Público, por su parte, tiene la obligación de garantizar la reparación del daño integral, adecuada, eficaz, efectiva y proporcional a la gravedad del daño.
Briceño Cinco explicó que pese a que en las dos décadas más recientes en México se han creado diversos instrumentos para constituir el marco jurídico para frenar el fenómeno de discriminación y violencia contra las mujeres, la violencia ha escalado a niveles alarmantes. Millones de mujeres y niñas en el mundo son víctimas de violencia por razón de su sexo, tanto en la familia como en la comunidad, a manos de una amplia gama de personas y entidades, como la pareja y otros miembros de la familia; los conocidos ocasionales y extraños; las instituciones del barrio y la comunidad; las bandas delictivas, como también las organizaciones y las empresas comerciales.
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