Jaime Flores Martínez
Jueves 25 de mayo del 2023.- Decidió a aplastar al Poder Judicial de la Federación, el presidente Andrés Manuel López Obrador parece dispuesto a ignorar los fallos que emita la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto a las acciones presidenciales.
¡El presidente no le hará caso a la Corte!
Y es que los reveses aplicados recientemente por la SCJN a sus decisiones lo han indignado tanto que no basta con promover el desprecio social hacia los ministros.
El repudio de la gente no será suficiente para satisfacer sus deseos.
Mas claro, aunque el pueblo se convenza que los ministros revocan las decisiones presidenciales, no está dispuesto a que sus fallos lo contradigan.
Por ejemplo, recientemente los ministros revocaron el llamado Plan B, que significa que los cambios a la estructura electoral no se aplicarán.
Es tamaña la indignación presidencial que ignorará la decisión de la Corte y procederá a la aplicacion de las reformas que propuso y que rechazó la SCJN.
Al presidente no le importa incurrir en desacato (incumplir las decisiones del Poder Judicial), porque cuenta con mayoría en el poder legislativo.
¡No teme que lo encarcelen!
Sin embargo, resulta muy grave que el presidente pase por encima del Poder Judicial porque sería el principal violador del estado de derecho.
Si bien los ministros reviran sus decisiones, el presidente debe saber que esos fallos no son por motivos personales sino con bases constitucionales.
Recientemente Cicuta refirió que el presidente López Obrador no apunta a la SCJN por sus decisiones.
AMLO azuza a la gente contra la Suprema Corte porque los ministros ganan “una millonada “, aunque no porque sus decisiones sean ilegales.
Ferrosur
Muchísimo ruido provocó “la expropiación” que ordenó el presidente de un importante tramo ferroviario en el Estado de Veracruz.
Aunque el secretario de Gobernación Adán Augusto López salió de inmediato a precisar que era una ocupación temporal y no una expropiación, las señales que recibieron los inversionistas nacionales y extranjeros fueron terribles.
La visión de algunos de ellos es que el presidente asaltó a una empresa privada y entonces les queda claro que no hay garantías para invertir en el país.
La visión generalizada es que México está de cabeza. Todo luce revuelto.