Cicuta
Jaime Flores Martínez
Despecho
Desconcertada porque los esfuerzos de su tutor fueron insuficientes para convertirlo en candidato a gobernador de Baja California, el alcalde de Ensenada Armando Ayala Robles decidió recurrir a los pucheros para intentar digerir su frustración.
Y es que apenas la semana pasada este personaje buscó lavarse las manos de la terrible ola de asesinatos que durante los últimos meses agobia a los ensenadenses.
Días atrás, Ayala dejó saber en un video (que puede verse en esta plataforma digital), que las ejecuciones son responsabilidad del gobierno federal. https://youtu.be/cwZn8WqhZjU
Con un extraño gesto de suficiencia, esta persona dijo que su gobierno cumple con su tarea de prevenir los delitos.
¡Supone que sirve de algo!
Queda claro que esta persona intentó esquivar su responsabilidad ante el cúmulo de homicidios que se registran en el puerto.
Armando Ayala no midió que con este tipo de declaraciones lo único que logra es la ácida irritación de su tutor y promotor Jaime Bonilla Valdez.
El miope Ayala debe observar que Bonilla (su papá adoptivo), fastidió hasta el cansancio a Arturo González Cruz, quien el viernes pasado dejó la presidencia municipal de Tijuana.
En su pleito personal, el gobernador Bonilla responsabilizó hasta el cansancio a Arturo González precisamente por el imparable número de asesinatos en ese municipio.
Visto así, Armando Ayala comete un grave error al “echarle la bolita” al gobierno de AMLO.
Cierto que Bonilla hizo lo posible para que Ayala fuera el elegido para contender en junio por la gubernatura, aunque las circunstancias lo rebasaron.
Esta persona debe entender que Bonilla quería que lo relevara en la gubernatura, pero se le complicó.
Ayala Robles comete un enorme error al buscar lavarse las manitas, la carita y sus pestañitas.
Armando Ayala está desconcertada.
Positivo
Qué bueno que la autoridad sanitaria bajacaliforniana inyecta confianza a la sociedad al anunciar que a partir de hoy el semáforo epidemiológico en el Estado es de color naranja.
Sobra decir que este anuncio fue recibido con alegría por los prestadores de servicio y los dueños de negocios que han padecido los estragos de la Pandemia.
Aunque el gobierno federal ubica a Baja California con el semáforo en color amarillo, la autoridad estatal guarda mucha prudencia.
El interés del gobierno es en primer lugar salvaguardar la salud de los bajacalifornianos, aunque la recuperación económica ya se integró a la lista de prioridades.
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